Cuando nos aproximamos a desarrollar una instalación industrial podemos encontrar ciertos “imprevistos” (sobrecostes, retrasos en los plazos de entrega, etc.) que impiden avanzar con eficacia el proyecto.
Citamos imprevistos entrecomillas, puesto que siempre creemos que hemos contemplado todas las conexiones de la instalación, tanto de las nuevas como de las existentes, se han previsto las coordinaciones con otras instalaciones o incluso se dispone de toda la documentación necesaria para ejecutar la obra. Pero, siempre aparece un nuevo contratiempo.
Como consecuencia esto afecta a la productividad en la instalación industrial, que se extiende a otros proyectos programados y, además, inevitablemente retrasa las previsiones de los clientes y las propiedades en cuanto a la puesta en marcha de esa instalación y su plan de producción o desarrollo industrial.